El técnico confesó que ha rezado junto a Alberto Rodríguez para que no hayan más bajas de cara al torneo continental
Con él se cumple perfectamente aquello de que después de la tormenta viene la calma. El remezón en la Videna, que dejó ‘muertos’ y heridos, parece ser historia y Sergio Markarián, lejos de lamentarse por la mala fortuna, se llena de optimismo, de fe. No ha cambiado ni un ápice su apuesta en la Copa América y se juega el futuro con nuevas figuras – tipo Luis Advíncula – que hoy tienen la responsabilidad de hacerse grandes.
A pocas horas del último amistoso de preparación ante Senegal y del viaje a Argentina, el técnico de la selección es un libro abierto y le confiesa todo a DT. Lea y sorpréndase con sus declaraciones.
¿Varió el objetivo con tantos lesionados?
El objetivo no se modifica, se puede, de hecho, variar la alineación. En lo táctico tampoco afecta mucho, sí quizá en cuanto al sistema. En ese sentido tampoco será una gran pérdida porque como hemos entrenado todos los sistemas con los que quisiéramos jugar, no ocurrirá la desventaja de decir que lo hacemos a último momento.
¿Se previno esto?
Desde el primer microciclo. No creo que afecte cualquier sistema que yo decida jugar y es probable que utilice más de uno. Todos los cambios tácticos trabajados los hicimos para todo el plantel. Siempre hicimos dos alineaciones y yo he trabajado en lo táctico con entrenamiento de sistema, coordinaciones de marca, de ataque mientras que Pablo [Bengoechea] trabajaba con otro grupo en el balón parado de ataque. Después intercambiábamos.
¿Y qué acumularon?
Más de dos horas y media con pelota parada de ataque y más de cinco horas de entrenamiento de sistema, que nos va a permitir utilizar cualquier sistema con mucha comodidad. Incluso con los mismos jugadores en cancha.
¿En cuánto afectarán las ausencias de Pizarro, Farfán y posiblemente Vargas?
En que vamos a perder jerarquía, especialmente del último si es que no llega al primer partido con Uruguay. Son jugadores importantes, los consolidados más notorios, pero no le tengo miedo al funcionamiento ya que lo tendremos siempre. Tampoco declinamos ninguna pretensión que es la que teníamos antes y se seguirá sostenido.
Sin los consolidados, ¿a quiénes recurrirá?
A jugadores que nos den más seguridad de rendimiento. Nos quedan los más jóvenes del torneo local. Algunos que van camino a la consolidación. Advíncula, por ejemplo, ya tiene nueve partidos, un rendimiento puesto a prueba, juega en varias posiciones y en todas muy bien. Es perfectamente utilizable sin riesgo, sin temores.
¿Y los otros?
Hay que tener más cuidado con los otros. Si hace falta recurriremos a los que tengan más tiempo con nosotros. Manejarlos de a pocos, ver sus evoluciones dándoles más minutos de partidos. Pasó con Ruidíaz ante Japón, donde jugó los últimos 25’. En cambio le costó al siguiente donde jugó desde el inicio. Lección: no exponer a un joven al inicio como concepto general. Esto no quiere decir que mañana tenga que ingresar.
Con los lesionados a la vista, ¿intentó, en algún momento, reformular y ampliar su lista?
No lo he hecho. No reformulé, sí lo pensé y me quedé tranquilo. Todos los convocados son muy buenos. No es serio recurrir a alguien que esté parado sin jugar. Preferí no salir de lo que ya había elegido y pensé que había que seguir adelante.
¿Y no se levantó un día preguntándote quién se lesionará hoy?
He orado mucho junto con Alberto Rodríguez. Ambos nos arrodillamos a rezar. Hace poco tuve una lectura bíblica que decía el binomio oración y trabajo y hacemos lo mejor, aunque es seguro que me voy a equivocar.
Aparte de Rodríguez, ¿otro jugador rezó con usted?
Con él especialmente. Su lesión merecía un tratamiento espiritual. Así hemos logrado que Alberto tenga sus mejores 20 días de entrenamiento en estos últimos tiempos. Dios quiera que lo tengamos sanito. Que nos juegue la Copa, que se vaya a su nuevo club y vuelva. Hablamos de un jugador que hace mucho tiempo no actúa seguido.
FUENTE: EL COMERCIO
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